Así tengas días en los que dudas
de su existencia.
Ama a tu familia, a tus padres y hermanos; Dios te dio una familia para que aprendieras a compartir los sentimientos de fraternidad con ellos.
Ama a tu familia, a tus padres y hermanos; Dios te dio una familia para que aprendieras a compartir los sentimientos de fraternidad con ellos.
Ama a tus amigos; ellos son la muestra permanente de que
Dios te ama.
Ama a tus enemigos; es difícil lograrlo, pero sólo amándolos profundamente,
lograrás que dejen de ser tus enemigos y los conviertas en tus hermanos.
Ama a los niños; de ellos siempre podrás aprender algo.
Ama a tu trabajo;
pues si no lo amas, se te hará más difícil.
Ama mucho a esa persona que alguna vez te partió el corazón en mil pedazos; pues si te dolió tanto, significó demasiado para ti.
Ama mucho a esa persona que alguna vez te partió el corazón en mil pedazos; pues si te dolió tanto, significó demasiado para ti.
Ama la vida; ésta es, sin duda el mejor regalo de Dios
para ti; tú tienes un camino trazado y un propósito, aunque no lo sepas.
Ama a esa persona que pasó fugazmente en tu soledad y te
hizo sentir felicidad; aunque no haya tenido el coraje de volverte a ver, tú
también le diste algo que no olvidará.
Ama, aunque muchas desilusiones y sinsabores te hayan
dejado en la vida; con todos ellos, creciste para bien de tu alma.
Ama ese sueño imposible; pues si lo puedes seguir
soñando, lo alcanzarás. Recuerda que si lo puedes soñar lo puedes lograr.
Ama, ama por encima de todo, porque al final, lo que más
te dará satisfacción en tu vida, será la cantidad de amor que diste, pues sólo
un corazón que ama mucho tiene la mejor entrada ante los ojos de la divinidad.
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